Introducirse en el Taller del artesano guiense, Juan José Caballero, es penetrar en un mundo de sensaciones en el que predomina el inconfundible olor a madera, y el recuerdo de lo que fueron tradiciones en el trabajo artesanal de las pasadas generaciones canarias.
Juan José Caballero, un conversador como pocos, poseedor de unas manos prodigiosas, estaba destinado desde la cuna, a ser artesano, ya que fue en ese ambiente en el que creció, y a pesar de que su padre quiso que profesionalmente se dedicará a otra actividad, finalmente Juan José, no pudo hacer oídos sordos al fluir que sentía en su venas, y no sólo hizo de la artesanía una profesión sino toda una forma de vida.
Sentado en su taller, desde el que contempla el transitar diario de sus vecinos por la zona de los Juzgados de Santa María de Guía, y con las manos siempre activas, trabajando la madera, Juan José Caballero conserva ese punto que hace que un artesano sea también un artista y no en vano, está considerado como uno de los mejores artesanos del Archipiélago canario.
Juan José Caballero, lleva la artesanía en la sangre, por eso no oculta su dolor ante la situación del sector, criticando con dureza lo que considera el abandono de esa profesión por parte de lo que él denomina “politiquillos de turno” que a su entender no han sabido o no han querido poner en marcha actuaciones serias y rigurosas, que hagan posible que la Artesanía no sólo genere trabajo, sino que también, consigan que las tradiciones artesanas canarias no terminen por perderse, una premonición que lamentablemente tiene todas las vistas de cumplirse.
Este artesano innato, tiene una fuerza vital contagiosa, fruto sin lugar a dudas, de disfrutar del trabajo diario, ya que como el mismo asegura “tengo el privilegio de vivir de los que me gusta”.
Juan José Caballero ha luchado durante gran parte de su vida para que el sector artesanal siga siendo parte importante de la economía canaria. Desde la Fedac, Artenor o simplemente como hombre al que le duele la tierra, Caballero ha aportado muchas ideas para recuperar el sector, aunque desafortunadamente, muy pocas han sido escuchadas por los responsables de poner en marcha proyectos efectivos para el sector artesanal.
Para este artesano, la sinceridad es lo primero ya que es consciente de que muchas veces se intenta dar gato por libre, vendiendo como artesanía canaria, objetos que no lo son. Así, señala que con su inspiración, ha elaborado artesanía de calidad que gusta mucho a los consumidores, pero destaca y siempre informa, que no es artesanía tradicional lo que compran.
Poco a poco, y con mucho esfuerzo y trabajo, Juan José Caballero ha ido logrando hacer rentable su forma de vida. A ello contribuye la gran visión de futuro de la que está dotado, consiguiendo que su taller sea productivo sin que decaiga la calidad de sus piezas.
Una de las espinitas que este artesano tiene clavada no es otra que la forma en la que se están desarrollando los cursos de artesanía. Así indica, que se trata de una oportunidad perdida, ya que estos cursos ahora mismo, están más enfocados al hobby que a la preparación profesional de aquellos que quieran ser artesanos y como no hay voluntad de concebirlos como una herramienta eficaz para salvaguardar el sector, en su opinión sirven para bien poco.
Juan José Caballero tiene un sueño por el que sigue trabajando para que algún día pueda ser realidad: lograr un recinto en condiciones en la comarca Norte, en el que el trabajo artesanal sea el gran protagonista ya que los visitantes además de adquirir objetos puedan ver como trabaja cada artesano.
Juan José Caballero se enorgullece del prestigio que ha conseguido y no es para menos, ya que trabajos suyos están en todas partes del mundo. Sobre todo se enorgullece de la satisfacción íntima que produce el trabajo bien hecho.
Juan José Caballero desea que su hijo pueda aprender las tradiciones que él ha conservado, para asegurar que en los años venideros otro Caballero, seguirá siendo artesano. | Juan J. Caballero en su taller Las manos, herramienta básica El banco del maestro Este artesano innato, tiene una fuerza vital contagiosa, fruto sin lugar a dudas, de disfrutar del trabajo diario, ya que como el mismo asegura “ tengo el privilegio de vivir de lo que m |